Israel está solo
sus teléfonos yacen clausurados, mutilados
abortadas las misivas antes de ser concebidas
el buzón famélico, agoniza.
La nada forra las paredes
de su vida insulsa y desteñida
mientras la puerta de entrada,
masoquista en vigilia espera,
siquiera uno, algún puño conocido.
Un mutismo envenena sus venas
mientras sus oídos, velados
y sus ojos cosidos,
ya ni con la tevé matan el desconsuelo.
Las sábanas incendian su espalda
y la almohada confabula con sus pesadillas
para apoderarse de su paz
y clavarle la bandera a su orgullo.
Le arden las culpas,
lo agarrota el pasado
ni soñar puede porque hace tiempo
que enterró la voluntad
que dobló sus metas y las guardó
en el último cajón del placard.
Israel, ¿qué tienes?
¿por qué nadie puede alegrarte?
¿es dolor? ¿es temor?
¿tal vez sufres por amores frustrados?
¿o quizás te faltan amigos que te abracen
y te sobran prejuicios que te recluyen?
Quisiera arrancarte de tu letargo
pero te nacieron raíces
son tus cabellos, que temen arriesgarse
y como hiedra te fijaron a la cama,
tentación perezosa de postergar la vida.
¡Oh, Israel, has engordado tanto...!
es que roíste todas tus penas.
Y al beberte tantas lágrimas
te volviste líquido, inconsistente
montículo impotente, alma endeble.
Ojalá miraras por tu ventana
así verías que en tu jardín
todas las mañanas se elevan plegarias
más allá de un rosal desnudo.
Es un gorrión que te entrega
sus pulmones, sus fuerzas
y desde un espino mirando al horizonte,
espera.
sus teléfonos yacen clausurados, mutilados
abortadas las misivas antes de ser concebidas
el buzón famélico, agoniza.
La nada forra las paredes
de su vida insulsa y desteñida
mientras la puerta de entrada,
masoquista en vigilia espera,
siquiera uno, algún puño conocido.
Un mutismo envenena sus venas
mientras sus oídos, velados
y sus ojos cosidos,
ya ni con la tevé matan el desconsuelo.
Las sábanas incendian su espalda
y la almohada confabula con sus pesadillas
para apoderarse de su paz
y clavarle la bandera a su orgullo.
Le arden las culpas,
lo agarrota el pasado
ni soñar puede porque hace tiempo
que enterró la voluntad
que dobló sus metas y las guardó
en el último cajón del placard.
Israel, ¿qué tienes?
¿por qué nadie puede alegrarte?
¿es dolor? ¿es temor?
¿tal vez sufres por amores frustrados?
¿o quizás te faltan amigos que te abracen
y te sobran prejuicios que te recluyen?
Quisiera arrancarte de tu letargo
pero te nacieron raíces
son tus cabellos, que temen arriesgarse
y como hiedra te fijaron a la cama,
tentación perezosa de postergar la vida.
¡Oh, Israel, has engordado tanto...!
es que roíste todas tus penas.
Y al beberte tantas lágrimas
te volviste líquido, inconsistente
montículo impotente, alma endeble.
Ojalá miraras por tu ventana
así verías que en tu jardín
todas las mañanas se elevan plegarias
más allá de un rosal desnudo.
Es un gorrión que te entrega
sus pulmones, sus fuerzas
y desde un espino mirando al horizonte,
espera.
Buenos Aires (si supiera Israel quién es ese gorrión...)
10 comentarios:
Oye que lindo!!!
quien será ese gorrión.....
Israel, pobre israel... me dio pena eso de que ni soñar puede.... donde se vende la vluntad??? como hacer para recuperarla??
saludos y un abrazo gigante
Volárá, un día volará y no recirdará tanto dolor...
Quedo prendada con las plabras e imágenes. Me tomo la libertad de añadirte a mi espacio para leerte a diario!
Bellas palabras volando en círculos concéntricos entre el dolor y la esperanza.
Saludos
Sencillamente precioso, lindo de verdad...
Besitos!
Aplicable a muchos casos... Me pregunto cuantas veces nadie escucha el dolor que nos rodea...
Gracias por tus palabras en mi blog. Consideralo tu casa, puedes entrar sin llamar.
Triste existencia la de ese tal Israel, aunque no es de extrañar con ese nombre maldito, sinonimo de odio y de destruccion ..
Hermoso...tienes una sensibilidad exquisita.
Un abrazo
Un blog precioso. Me gustó muchisimo la poesía te felicito
Un besito.
Nada que te sigo de cerca jiji,otra ves lindo lo que lei
besos
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