29 abril, 2010

Viaje al centro de uno... aventura o naufragio


Respirar,
no siempre tarea sencilla
y más cuando el agua
corona la esperanza
y el suelo se aleja...
o se acerca...

Descenso pausado pero inflexible.
Fuga de burbujas,
torbellino de soberbias e hipocresías
y algas que se enroscan en los miembros
resignados a moverse
sin coordinar.

Amarras que no saben a qué aferrarse
perezosas, no pretenden resistir al peso
inevitable arrastre
¿involuntario?
¡qué va!

Radares alerta
mas motores ahogados en miedo y
salones repletos de trastos y prejuicios.

Frío, oscuridad, soledad
abismo propio, tiniebla familiar
revocada y pintada con ahínco
realidad encerrada bajo siete llaves.

Incertidumbre, calma
naufragio de una máscara que se descascaró
y exausta emprendió
el camino de la gravedad.
Serio, adusto, sincero rostro 
¿destino?

Oxígeno que escasea 
oídos tapiados,
mirada que se pierde en la superficie
exangüe, borrosa cadencia.

Antesala de puertas selladas
donde yace la espada de doble hoja,
inerte pero tensa 
se retuerce y gime de ansiedad,
inútil espera, confía en un futuro
donde La Palabra reina
y la voz...
recuerda.

Al nadar conoce el pez su esencia,
y cuando acepta su sino
es capaz de amar,
si no,
no es fiel a su destino
no le queda más que la nada.

SER...
o simplemente
NADA...r