11 junio, 2006


Israel espera a que se calme la tormenta, mientras juega a las cartas con Fortuna, y esconde una carta en la manga.

Está ansioso por volver a ver el sol...

01 junio, 2006

Amor de colores brillantes... tóxico


Israel tiene los ojos cansados
los rostros borrosos cada vez más desconocidos
pero su obsesión sigue nítida
Es que a pesar de cerrarlos
no sosiega su vacío
ni decanta su turbieza.

Una vuelta, otra más, van cincuenta
miedos que fermentando
más que levar su espíritu
lo amasan hasta dejarlo liso, chato.

Y su lecho, boceto de una obra maestra
no se atreve a relucir sus colores,
comprender no puede a su yaciente:
tanto amor acumulado
se le volvió tóxico al amante...

Él sabe desde hace tiempo:
que sueños madurados entre paredes
desgranándose se hicieron pólvora,
inflamable presente,
futuro insoportable de imaginar
sin el perfume de ella.

Bomba en cuenta regresiva.
Riesgo inminente que roza la insanidad,
donde estallar es lo más probable...
¿saludable? tal vez no tanto.

Es que hay modos y modos:
cobrando moretones en inocentes cercanos,
o destilando simples esquirlas de alegría,
chispas de un fuego consumado,
tan vasto cual sincero.

Y una risa que brotaría desde las entrañas
de un corazón que extravió su cobardía
llamas que se elevarían hasta el cielo
y luego de tocarlo, descansaría en una nube
mirada quieta, dientes cesantes de castañeos acelerados
obsesión que se desnudó
y se vistió de contemplación,
atenta, agradecida, satisfecha
brillo en los ojos, ahora correspondido.

Ojos amados,
siempre dulces, siempre cálidos.
Miradas tan parecidas...
almas gemelas, esencias comprometidas.

Buenos Aires, 1º de junio de un año lleno de baches pero iluminado de tenues esperanzas