15 mayo, 2006

¿Amiga o amada?


Hoy te tuve entre mis brazos
tu mano sobre la mía
descansó sin prejuicios,
inocente, como al pasar.

Aguantaba la respiración cuando sonreías
te sentía más cerca, más todavía.
Tan dulce, tan pura
ojos sensibles, tierna voz
hermosa por dentro
cálida, radiante por fuera
un lucero en mi noche,
luna llena, plena presencia.

Alegría, gozo, pero...
“Me tengo que ir. Adiós,
nos vemos luego...”
¿nos vemos?
Te contemplo, vos me ves
tal vez no igual que yo:
no lo sé.

¿Cuánto más podré esperar?
¿cuándo podrá volar, por fin,
este corazón enjaulado,
que te sueña, te nombra,
te desea?

Dos pasajes tengo reservados
pero temo por mi mano:
tal vez no pueda saciar su sed
de acariciar tu humanidad.

Besos en mejillas que se colorean
sueños que se postergan, se van diluyendo
prejuicios verdugos, traición al ser
corazón cobarde, testigo mudo
pero no ciego.

Y en el fondo del alma amordazada
una voz, clara
grita y lucha por separar labios oxidados
para susurrarte muy despacito
sentimientos tantas veces saboreados:
¡Te amo, ahora, siempre!
Amor mío, amiga.

Buenos Aires (mirando por la ventana pasar la vida, sintiendo su roce indiferente pero con miedo a arriesgar)

08 mayo, 2006

Un Vaso a medias vacío




Israel se olvida de la sangre que sigue saliendo de sus heridas por un tiempo, para elevar al cielo su mirada e interceder por Jorge León Escudero (Lucas S.), rogando a Dios para que lo guarde y se apiade de su alma.
Israel espera en lo más profundo que el alma de este hombre haya partido por voluntad de una mano más hábil que la suya, una mano inmortal, Misericordiosa y Justa que ve el dolor y lo toma para recompensar al sufriente y regalarle el consuelo imperecedero.
Israel se estremece al pensar en que no fue así, y que algún miembro nervioso, de dedos inseguros y de palmas sudorosas e insensibles, llevó a cabo un
homicidio y apagó la vela de J.

Así oraba Israel:

Alma en pena,
voluntad discapacitada cinco veces
recuerdos de una mano creativa,
despojos de un hombre que fue
pero que todavía ERA antes del tránsito.

Saldos y retazos de sueños destilados
que quedaron inmóviles en 4 ruedas
ojos impotentes y lágrimas mudas
necesidad de una mano insensible, inhumana
plegarias desesperadas de un combatiente
que sopló con labios secos
la vela de la esperanza.

León que cesó de rugir sus pesares.
Escudero que bajó la guardia y soltó su escudo
voluntad por fin cumplida,
suspiro por última vez y al fin,
el dolor cede su lugar a la paz...
y J. recuesta su cabeza,
en compañía de un vaso
a medias vacío.

Buenos Aires (con el corazón conmocionado por lo ocurrido en España con J.)

01 mayo, 2006

Amor ¿por qué cuestas tanto?


¿Por qué aunque las manos se estremezcan
la voz permanece fría,
sin dar ningún indicio
de la telaraña de sentimientos,
entretejida a la sombra
de un recuerdo, voz dulce
mirada tierna
amor imposible?

Amistad, ¿y eso acaso
no puede transformarse en suspiro
en abrazos más largos
hasta no distinguir el límite
de donde empieza el alma de uno
y dónde termina el deseo del otro?

O mudarse en un beso
esmerado, sutil
sin pausas, sin prisas
pétalos suaves, rocío virgen.

O dedicar un segundo a contemplarnos
y poder dar gracias al cielo por tenernos
no sólo en las buenas y en las malas
sino en la salud como en la enfermedad.

Vernos ni siquiera de a ratos
y que con eso baste
para soportar toda una semana
del baldío cotidiano.

Conversar con el alma en las manos
y arrullarnos en sonrisas inocentes
y con la voz endulzada
pronunciar su nombre
susurrar sin miedo un sueño
hijo de un capricho recíproco.

Reflejo de una existencia pálida
insulso presente... ¿futuro?
ojalá tuviera
siquiera
unas migas del suyo,
asi yo encantado le cediera
mi vida toda, aunque ya no me perteneciera...

Buenos Aires, 1º de mayo (aunque descanse el Trabajador, el corazón no da tregua)