pálidos rasgosotoño, invierno intenso...dolor.¡Ya llega, puja!último esfuerzo...recompensa.
Mundo desconocidotodo es nuevoél la mira maravilladoquiere tocarla, se estiraella paciente, sonriees un retoño todavía.
Sigue espiando, curiosa¡abarcarlo todo quisiera...!y de pronto ¡lo ve!: ha cambiado.La nombra dormidose bate a duelo con sombras,se agita con sus miedos.Duerme, sí, pero a ella teme.
Batalla eterna una vez más lo vencey en la victoria comprendeque él no se lo agradeceporque sueña, extasiadosueños rosados, desnudos, rizados.
Nubes negras se acercanel Negro aprovecha,seduce sus instintosla velocidad lo excita,las curvas también;nada es suficiente,nada tiene bordes...todo le queda pequeño:desde los zapatoshasta las metasse viste de humoy de ruidos fuertesmoja sus penasen fluidos ardientesmientras una carcajada desafiante eleva.Ella, paciente, espera.
Cansado, él recuesta sus huesossus miembros le duelenla frente está más pobladasus ojos, agotados, están ahora más llenospero otra vez ha cambiado:ya no es el Negro su amosu cama es más ancha,su corazón también.Y ella, arriba, satisfecha.
Y otra vez llega la primaveraotra vez sudor, dolores, impaciencia,sábanas entre dedos tensos, dientes enfrentados,fuerzas internas que se desbordan¡empuja con fuerza!Pasos nerviosos, plegarias apuradas, oído atentoél la mira por la ventana, le ruega...
Afuera, el rocío rosa sobre los almendros,adentro, lágrimas cálidas de la vida que se renueva.
"Nacer, crecer, vivir, sufrir, amarpara volver a nacer...me estoy poniendo vieja..."pensó ellamientras caía en un charcouno de sus cabellos,blanco, brillante.
(A ella la conocen por astro de la noche, él... sólo es Juan)
1 comentario:
Se me han corrido las lágrimas. Tu poema es muy lindo; no dejes de escribir!!
Un brazo, con mucho cariño, para un Jinete que sabe volar alto!
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