12 mayo, 2010

La debilidad de Ícaro

Inflo el pecho de esperanzas. Ansiosas las retinas, palpitan el horizonte. Se corren los velos, quedando el alma libre y desnuda.
Giros y más giros. Los brazos que intentan estrechar la nada y amigarse con el viento, las piernas extendidas, los pies en punta, en armonía con espíritu.
Y en un suspiro me detengo. Flexiono el orgullo y despejo el miedo de mi rostro. En un impulso hacia delante, comienzo a galopar, intuyendo pero confiando, paso a paso, a través del infinito de nubes de colores.
Y cuando el corazón alcanza su clímax, despliego mis alas y los pies, todavía agitados, descansan del plano de algodones y luchan contra la gravedad y la brisa.
Y, mientras le sonrío al sol, una música comienza a inundarme, de adentro hacia fuera:

3 comentarios:

Analía dijo...

si dan ganas de volar...!!!!

Que bonita melodía, me encantó.

Que estes bien Jinete de Estrellas.

Anónimo dijo...

muy bueno!!!!1

Analía dijo...

se habrá perdido en alguna nube??
Qué pena...se extraña!