Ayer estuve conmigo
y descubrí el cielo despejado,
una flor en capullo, virgen
y la brisa del sur, melodía inocente.
Tres flechas perfumadas
y un corazón en encrucijada.
Tensión del alma candente
y tres cordeles firmes
que manejan tres caballos,
desbocados, impacientes.
Nostalgia de besos,
promesas de amor transparente,
miradas que cuentan sinfonías...
deseo por tres estacado.
Almas gemelas, espíritus simétricos
palabras que suspiran, ojos sedientos
dulzura derrochada, rizada, tímidos dedos.
"Saber escoger" es la cuestión
y ni un jesuita comprendería
a este corazón dividido.
¡Israel!
No olvides de aguzar tu vista:
tu corazón, empañado,
no ve más allá de sus narices.
Buenos Aires (luego de un largo ayuno, Israel se desayuna en un nuevo año y mira hacia adelante)
4 comentarios:
Muy lindo.
Saludos
hola :)
me da mucho gusto que vuelvas, este escrito denota un contraste de emociones... sigue jineteando y atrapa las estrellas con tus notas...mis mejores deseos para ti...
SALUDOS.
Sencillamente bello¡¡¡
Saludos..
Tan solo dejarte un beso
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