17 octubre, 2011

Entibiando el pecho

Nido incómodo,
dorso y vientre inquietos,
remolino de fotos desteñidas,
sueños en conserva.
Cúmulo de polvo
de alas ansiosas.

Pronóstico de buenos vientos,
relatos de viajes por venir.
Eco de rostros que fueron
y serán.

Vorágine de plumas, ociosas,
sedientas de sangre negra.
Campos marmóreos, yermos,
pálido concierto de expectativas.

Bosquecillo de flacas rectas.
Pensamiento sinuoso,
ebullición de sentidos,
peregrinación de miedos líquidos.
Destellos creativos en un cuarto negro.
Sinfonía de esmeros cuidadosamente ciegos.

"Abrí la ventana, niño,
que el sol inunde tu pecho".


Bs. As., noche fresca de un lunes de octubre en un año emocionalmente intenso