08 octubre, 2015

Aprendiendo a volar

Llueve... desde metro y pico
escurre en alud el polvo acumulado
en lustros, concentrado,
tras desengaños y desusos
y se descubre, fresca, tras la quebrada
la entrada amplia
hacia las profundidades de la cavidad
poblada de rocas blancas,
prolijamente gastadas,
sincera, afectuosa, sonrisa REAL.

Dando saltos avanzaste entre nubes
soñando que se amigaban con tus sueños.
Bailaste, cantaste, silbaste feliz
entretejiendo las manos con las suyas.
Recorriste sus bordes sin prejuicios
derrochaste miradas sentidas
sentiste.
Amor?
Bienvenido!
Antesala de una estación de dicha
preámbulo de una primavera feliz
Vertiginosa caída del óxido
que alegre se entrega
y fertiliza los pies satisfechos
orgullosos de haber alcanzado a sus pares
dispuestos a descansar.
Por fin.

Amanece, se desarma y sangra el cielo
mientras triunfante se eleva el astro
Florece en el pecho una rosa
y se ensancha el amor
abarcándolo todo, inundando
NOS.

Ya no quedan dudas en pie, testigos
infinitas madrugadas desveladas
le llegó la primavera al corazón.
Prendado quedó del sol
y a pesar del viento y el precipicio
se animó el hombre a saltar
Y entonces se hizo el milagro:
aprendió a volar hacia la luz
Y a no temer NUNCA más.

Mendoza, una noche de invierno en primavera, abrazando al amor, por fin...