16 noviembre, 2009

Duda voraz, hambre de ser... sé lo que debes ser




"¿Quién soy? ¿Qué quiero?
¿Hacia dónde voy?"


¿Por qué te agitas, Israel?
¿Acaso alguien lo sabe?
Tal vez...


Mirando el sol te pasaste el día entero,
y cuando llegó la tarde, ciego quedaste.
Olvidaste ser por mirar al horizonte,
esperando que la Vida llegara a la estación.



Llegó la Nada sin ser invitada
y resultó cómoda,
creció maleza y se borró el camino.


Machete cobarde
congenió con el yuyo
y se volvió verdugo
de los pies vírgenes, castos peregrinos
de un sendero a estrenar.


Volvió el gorrión, amó tu nombre,
desempolvó tu corazón.
Pero oxidados tus brazos
tus manos torpes no lograron
acariciar sus límites
ni amar su canto
simple tal vez
pero sincero y cotidiano.


Y el gorrión enfermó
y voló, para hacer nido en tu oído
lloraste su pérdida,
empalideció tu rostro
y aletargado, gritaste,
clamando consuelo.


El amor no se compra ni vende
ni tampoco una mirada de aliento,
una carica, un beso, sinceros
una mano, un brazo. Tiempo.


Y el abrazo no fue concebido.
Noche enfriaste el corazón ciego
y Nada conversó otra vez con Silencio.


Deseos de volar
te derritieron los ojos...
se oxidaron tus alas
se empolvó tu corazón.


Terquedad férrea, sentimientos...
¿fingidos?
Amor de otoño
primavera vacía
y en el fondo se acumulan los trastos
y en la boca, se inquieta la lengua,
la humedad que no llega
y el tiempo que sólo angustia.


Y así pasó la Vida
traqueteando a unos pasos
carrilles rectos soportando el peso del movimiento
promulgando una nueva oportunidad
humo y ruido, confusión y bullicio
esperanza.





No dejes que se te pase, Israel
súbete a la Vida
ofrece tu semilla:
es preciso que primero muera
para que la Vida venza.


Volver...
¿decisión?
¿o simplemente obsesión del cobarde?


BASTA
Sé lo que estás llamado a ser, Israel.


Buenos Aires, un día de calor, que evapora los miedos y calienta el frío de costumbre (dejando al viento que despeine los prejuicios)

10 noviembre, 2009

Silencio cobarde... o prudente espera



¿A dónde emigran los sueños?
Ayer eran el eje de esta rueda
hoy no quedan ni los caballos.
Carro desvencijado,
integridad pulverizada.

Polvo:
sustancia espuria, elemental,
intrascendencia olvidada por el ser,
ser abortado
que nunca logró fundirse con el agua.

Viento:
enemigo de la sustancia cobarde,
emisario de la transitoriedad,
amigo del destino.

Agua:
cambio constante, angustia de lo informe,
sed de lechos y pendientes,
enemiga de rocas y materia muerta,
vida cansada de luchar contra el fuego.

El último:
combustión de deseos no concretados,
hambre voraz, ambicioso elemento,
autor del firmamento,
padre del calor.

Amanecer de una muerte anunciada,
ocaso de un paño que nunca logró ser cuadro.
Durmientes cuajados de vías
que se oxidaron antes de soportar
el peso de un tren que nunca logró partir
y que quedó a medio camino,
cargado de madera muerta.

Buenos Aires, a 6 meses de conocer al amor gemelo, pero sin saber qué hacer
(prurito por el parásito que no deja de consumir la poca vida que queda dentro de la montaña de polvo)