26 febrero, 2006

Temor al Tropiezo


Hoy quiero salir a vivir
no puedo
mi vida es una fantasía
mi voluntad duerme en verdes prados
sólo ejerzo mi nombre en sueños.

Cautivo de mis miedos
camino a tientas
ya ni siquiera camino:
inmóvil testigo temo al tropiezo.

Tropezar, caer, humillación:
no recuerdo cómo hacerlo,
gruesas cadenas me lo impiden.

Tengo raíces pero no soy árbol
no puedo mirar al horizonte
mas tampoco al sol:
sólo a mis pies veo.

Consciente soy de que la Culpa
con sus ocho patas hábiles
tejió telas, potentes, duraderas
y mis brazos quedaron
pegados al cuerpo.

Una tenue luz me alumbra
lucero en la oscuridad de mi alma,
pero sólo me alcanza
para seguir buceando en lo profundo
hondo en las fantasías ajenas
escritas por una mano que no es la mía.

Mendoza, 26-02-2006

13 febrero, 2006

Testigo mudo, no ciego

Altiva ella se eleva
pálidos rasgos
otoño, invierno intenso...
dolor.
¡Ya llega, puja!
último esfuerzo...
recompensa.

Mundo desconocido
todo es nuevo
él la mira maravillado
quiere tocarla, se estira
ella paciente, sonrie
es un retoño todavía.

Sigue espiando, curiosa
¡abarcarlo todo quisiera...!
y de pronto ¡lo ve!: ha cambiado.
La nombra dormido
se bate a duelo con sombras,
se agita con sus miedos.
Duerme, sí, pero a ella teme.

Batalla eterna una vez más lo vence
y en la victoria comprende
que él no se lo agradece
porque sueña, extasiado
sueños rosados, desnudos, rizados.

Nubes negras se acercan
el Negro aprovecha,
seduce sus instintos
la velocidad lo excita,
las curvas también;
nada es suficiente,
nada tiene bordes...
todo le queda pequeño:
desde los zapatos
hasta las metas
se viste de humo
y de ruidos fuertes
moja sus penas
en fluidos ardientes
mientras una carcajada desafiante eleva.
Ella, paciente, espera.

Cansado, él recuesta sus huesos
sus miembros le duelen
la frente está más poblada
sus ojos, agotados, están ahora más llenos
pero otra vez ha cambiado:
ya no es el Negro su amo
su cama es más ancha,
su corazón también.
Y ella, arriba, satisfecha.

Y otra vez llega la primavera
otra vez sudor, dolores, impaciencia,
sábanas entre dedos tensos, dientes enfrentados,
fuerzas internas que se desbordan
¡empuja con fuerza!
Pasos nerviosos, plegarias apuradas, oído atento
él la mira por la ventana, le ruega...

Afuera, el rocío rosa sobre los almendros,
adentro, lágrimas cálidas de la vida que se renueva.

"Nacer, crecer, vivir, sufrir, amar
para volver a nacer...
me estoy poniendo vieja..."
pensó ella
mientras caía en un charco
uno de sus cabellos,
blanco, brillante.


(A ella la conocen por astro de la noche, él... sólo es Juan)

08 febrero, 2006

El individualismo y el fracaso: uno existe, ¿y el otro?



" El individualismo exacerbado al que nos conduce nuestra forma de vivir es nefasto, nos deja solos con nuestras tristezas, nos hace creer que el fracaso existe. Y no existe, si uno continúa en otros. "


Liliana Bodoc
(gran autora argentina a la que admiro mucho)

06 febrero, 2006

Y la Culpa dijo: "Que sea Miserable". Y así fue...


" Cuando intentas borrar una huella que dejaste en la arena con el mismo pie, sólo logras hacerla más profunda ".




A veces la culpa te hace olvidar el pecado concreto que cometiste, convirtiéndose en una verdadera obsesión que te va devorando y consumiendo cada vez más rápido. Ella reemplaza todo lo bueno de ti y te maneja a su gusto.
Es preciso arrancarla de raíz antes de que se apodere de tí.

05 febrero, 2006

Caminando cuando la noche se acerca

Debajo de las ramas
de temores enredados
camino, me arrastro.

Pies de plomo
hombros caídos
mente nublada.

Vista difusa
ánimos devaluados
brazos cansados, inertes cuelgan.

Desierto verde que se mece alrededor
sol tácito
brisa muda, áridos rasgos.

Camino largo y sinuoso
susurros, en cada recodo
¡Y pasos!

"No volver la mirada"
finjo no escucharla.
No puedo.

Su dedo se posa en mi corazón
me señala,
horada mi profundidad
repite el mismo salmo gastado.

Ya ni mi sombra me acompaña,
mis piernas dudan.
Pero no.
¡No puedo detenerme!

Estoy a su merced
solo, otra vez.
conciencia enfermiza
Voluntad que agoniza
oscuridad creciente, inminente.

Luces tímidas, lejanas
única esperanza.

¡Ya llega!

Es la noche del alma.

(Jinete de estrellas,
en un atardecer gris)

04 febrero, 2006

Los ojos del alma



Entre tantas apariencias, ofrezco transparencias.
Entre tanto ruido, un rincón de PAZ.
Entre tanto gris, una pizca de verde.
Entre tanta oscuridad, alguna llamita.

"Ver con los ojos del alma". Ese es mi lema.